Ir al asilo de
ancianos la anterior semana fue muy conmovedor y gratificante para mí y creo
que para mis compañeros también, darnos cuenta de la realidad que vive cada uno
de estos ancianos es cruel y dura pensar
que algún día vamos a llegar a eso hace que nosotros realicemos mejor nuestro trabajo
y no solo eso sino ver una sonrisa de ellos ya escomo un éxito para nosotros.
En
lo personal a mí con una compañera más nos toco una abuelita que le dolía todo
no hablaba muy bien y no pudimos trabajar bien con ella debido al dolor que tenia,
tratando de aliviar esto la llevamos al jardín donde hacía mucho sol y
empezamos a conversar con ella, como que se calmo un poco y darnos cuenta la
realidad que viven ella fue muy triste era soltera y sin hijos y de vez en
cuando venia su familia visitarla porque ella era de una ciudad cerca de Latacunga
pensar en todo esto y lo afortunados que somos creo que nos hace valorar mucho
mas a nuestras familias y tener amor al trabajo que realizamos con los
abuelitos.